martes, 19 de febrero de 2019

La juventud existió para aprenderla.

Luces apagadas.
Se abre el telon.

Empieza la función.

Un escenario vacío, de suelo negro laminado se puede ver entre dos cortinas rojas desplazadas a cada lado. Demasiado oscuro.
Butacas rojas enfrente. Un público llamado Ausencia ocupaba aquella escena.

Un foco alumbrando el suelo en un círculo llamado " nostalgia " iniciaba el musical.
Un "MÍ menor" sonaba mostrando unos recuerdos perdidos que tomaban en aquel entonces un papel protagonista donde lanzaron un mensaje claro:

"Los tiempos cambian y tu, que creías no haberlo hecho, lo has olvidado".

Aquella sonata salida de la nada callando el ténue silencio, me recordó escenas de un pasado almacenado en una base de datos que quedó olvidada en algún cajón.

Palabras y sonrisas aparecían entre las escenas.
Tiempos llenos de juegos e inocencia.

Buenas imágenes se proyectaban en la pared de aquel escenario mientras permanecía sentado en un plano exterior, visualizando una escena general y entonces analicé el tiempo.

Entonces vi. Ese recuerdo eres tú.

Ese círculo alumbraba un vacío, quizá a mí, ese yo que el "Mi menor" recordaba ser y no estar.
Esa esencia que siempre debería permanecer, esa actuación que debería comenzar para ese público que debe llenar de aplausos el recinto.

Lamentado por la pérdida de valores y de valor, con una sonrisa me levanté y un "SOL mayor" sonaba con entusiasmo. Recordé la obra...


¡COMIENZA LA FUNCIÓN!