Miradas y gestos que hablan.
Fotos que te presentan.
Un alma totalmente diferente.
Tan solitaria. Tan indiferente. Tan autosuficiente.
... Aparentemente.
La realidad es que nadie supo darle la atención, comprensión, solución, tranquilidad, y toda la paz que lleva al bienestar de una persona que no busca refugiarse para meditar su decisión.
No te preocupes, a veces, el mejor café que puedes tomar es contigo mismo pero tampoco te cierres, a veces, no vemos esa mano que tenemos tendida al frente por nuestra venda de injusticias.
Abre los ojos. Sonríe aunque no tengas ganas y camina como si nadie pudiese hacerte daño. Pues nadie merece tomarnos de juguete. Nadie tiene por qué entender pero tampoco por qué juzgar pues las apariencias pueden engañar y dañar y no eres apto de permitir que deslicen actos ajenos por tus lágrimas.
Recuerda:
Sonríe. Valórate. Eres más fuerte de lo que crees. Eres mejor de lo que ves y todos creen. Eres aquello que solo TU podrás ver.
