Caminé rápido... Corrí.
Demasiado diría.
Y cuando quise darme cuenta, otra vez el mismo atasco, una calle cortada o un camino equivocado me hacía no poder avanzar con fluidez.
Caminos eternos que te acompañan toda la vida...
Y me dejé llevar al ritmo de las olas. Unas veces más fuerte, otras más suave.
Fluía como un mar bravo y en calma a la vez.
Y un rastro de agua se iba levantando a mi lado, hundiendo la arena, siguiendo el son de mis pasos.
Lo tenía.
Caminé despacio para avanzar rápido... Aunque sin prisa pero, como dicen "sin pausa".
No hay comentarios:
Publicar un comentario